9/11/2007

Sistema Operativo



Como todas las noches, La pantalla del ordenador refleja mi cara,
con una intensa plaga de luz que impregna mis sentidos. Mientras él escucha atento, muy atento como siempre, preguntarme a mi misma si mañana debo hacer algo que no he terminado ni comenzado de hacer.
Me susurra... ¿Podré dejar de mirarlo así, con esas pupilas relucientes? ¿dejaré de preocuparme algún día porque el minutero del reloj esta cada vez más vivo y yo más muerta...?
Antes de que la energía eléctrica que alimenta tus entrañas y la impaciencia ya no existan..., yo, de todos modos, me consumiré contigo.