En aquel Entonces

Ese día me costó volver, vaya que sí. Me costó caminar hacia mi casa con el pecho enfermo y los ojos exhaustos porque me estaban pesando mucho estos dolores de no voltear cuando te alejabas... El mundo entero dio un giro en mi contra entonces, haciendo que volviera a respirar nada más que polvo.

Ese día dejé que me llevasen los recuerdos, más bien recientes, olvidando mi voz y el silencio, y el ruido innecesario que emiten esas máquinas que suelen llamarse personas. Y ahí, sólo quedaba la naturaleza... Con un perfume de anís, de canela tierna, similar a los que posan en tus caminos. Donde puedo cerrar los ojos, morir, y abrirlos solamente cuando naces conmigo.



En aquel entonces, aun vivía.

Sin un Adiós, me despido

Detente, que me he despedido de tu mejilla solamente,
Pero de ti aún no quisiera.

(DATA:19:54)

(...) quisiera más que me cortaras el corazón
porque sin él puedo sangrar toda la sangre,
y seguir sangrando para que te quedes conmigo.

Aquí y ahora
y ya no hay día, no hay noche
no hay hechos no hay consecuencias,
no hay deber ni derecho
no hay llantos que te extrañen como yo
no hay vida,... que pueda vivirla con sólo
un beso de tus labios que me puedan matar
de una maldita vez.

(DATA: unknown)

Que entenderas,
que no te vayas si entiendes
los sentimientos que no entiendo
porque te vas.

Solamente un adiós
que yo no dije - que si dije con la voz -
solamente un te quiero
que yo dije - que no dije con el corazón.

Solamente un adiós diciendote entre dientes;
ya te debes ir (vuelve)
vé que llegaras tarde (quédate)
vé, aunque no te vuelva a ver más (amame)

Me despido.
(DATA: 22:56)

Oscar Hahn : Eso Sería Todo

Te estoy haciendo un destino aquí mismo.
Lo estoy dibujando en las alas de un pájaro.
Lo estoy pintando en la pared de mi cuarto.

Ahora el pájaro vuela con furia,
ahora lanza su grito de guerra
y se dispara contra la pared.

Sus plumas están flotando en el espacio.
Sus plumas mojándose en su sangre.

Coge una y te escribe este poema.

Sistema Operativo

Como todas las noches, La pantalla del ordenador refleja mi cara,
con una intensa plaga de luz que impregna mis sentidos. Mientras él escucha atento, muy atento como siempre, preguntarme a mi misma si mañana debo hacer algo que no he terminado ni comenzado de hacer.
Me susurra... ¿Podré dejar de mirarlo así, con esas pupilas relucientes? ¿dejaré de preocuparme algún día porque el minutero del reloj esta cada vez más vivo y yo más muerta...?
Antes de que la energía eléctrica que alimenta tus entrañas y la impaciencia ya no existan..., yo, de todos modos, me consumiré contigo.

B o r r a d o r

El lápiz rojo, a veces acaricia tus labios y a veces el papel
cuando lo encuentro perdido en tu bolso, en las escalas,
en la calle, sin palabras en la mano.
En tus manos y en las mías guardando algo que pareciera
estar en pausa detrás de las ventanas azules. Como las nubes o tus cielos que posan en tus ojos, tus pestañas, tus detalles. Tus deseos pegados en mi piel, mi boca,
mis errores que duelen.
Dobla la página, desdobla este día que es distinto
Y coge tu lápiz, y cámbiame la vida.

Padecí en tus brazos ajenos

[...] Entonces me miré, me viste tú cayendo
Aun sin claridad, sin sombra
Tocándome,
Como Satanás toca a sus hijos.